En esta guía rezaremos el Santo Rosario en sus Misterios Dolorosos. Paso a paso. La guía más completa para rezarlo de principio a fin. Este Rosario debe rezarse el martes y el viernes.
Misterios Dolorosos
(Haz click en cada paso para ampliar el texto y ver el audio)
Misterios Dolorosos (martes y viernes). Edición por Creemos.net. Original por Andrealison Leao de Souza en Pixabay.
Inicio del Santo Rosario (misterios dolorosos)
Para empezar el Rosario, en primer lugar hay que realizar el Signo de la Cruz.
1) Señal de la Santa Cruz
Por la señal de la Santa Cruz +
de nuestros enemigos +
líbranos, Señor, Dios nuestro +
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo +
Amén.
Continuamos con el Credo de los Apóstoles, y el Acto de Contrición (recomendado)
2) Credo de los Apóstoles
Creo en Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra.
Creo en Jesucristo, su único Hijo, Nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo.
Nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado.
Descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios, Padre Todopoderoso, y desde allí va a venir a juzgar a vivos y muertos.
Creo en el Espíritu Santo, la Santa Iglesia Católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna.
Amén.
3) Acto de Contrición
Señor mío Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío; por ser vos quien sois, bondad infinita, y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón haberos ofendido; también me pesa porque podéis castigarme con las penas del infierno.
Ayudado de vuestra divina gracia, propongo firmemente nunca más pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta.
Amén.
Continuamos rezando el Padre Nuestro
4) Padre Nuestro
Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad, en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal.
Amén.
Continuamos rezando el Ave María
Primer Ave María
Dios te salve, María;
llena eres de gracia;
el Señor es contigo;
bendita Tú eres entre todas las mujeres,
y bendito es el fruto de tu vientre,
Jesús.
Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte.
Amén.
Segundo Ave María
Dios te salve, María;
llena eres de gracia;
el Señor es contigo;
bendita Tú eres entre todas las mujeres,
y bendito es el fruto de tu vientre,
Jesús.
Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte.
Amén.
Tercer Ave María
Dios te salve, María;
llena eres de gracia;
el Señor es contigo;
bendita Tú eres entre todas las mujeres,
y bendito es el fruto de tu vientre,
Jesús.
Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte.
Amén.
Gloria
Gloria al Padre,
y al Hijo,
y al Espíritu Santo.
Como era en el principio,
ahora y siempre,
y por los siglos de los siglos.
Amén.
Misterios Dolorosos – Primer Misterio: La oración en el Huerto
Anunciamos el primer Misterio
La oración en el Huerto
«Entonces Jesús fue con ellos a un huerto, llamado Getsemaní, y dijo a sus discípulos:
«Sentaos aquí mientras voy a orar».
Y tomando consigo a Pedro y a los dos hijos de Zebedeo,
comenzó a sentir tristeza y angustia.
Entonces les dijo:
«Mi alma está triste hasta el punto de morir; quedaos aquí y velad conmigo».
Y adelantándose un poco, cayó rostro en tierra, y suplicaba así:
«Padre mío, si es posible, que pase de mí esta copa,
pero no sea como yo quiero, sino como quieras tú»» (Mt 26, 36-39).
«Este combate y esta victoria sólo son posibles con la oración.
Por medio de su oración,
Jesús es vencedor del Tentador,
desde el principio y en el último combate de su agonía» (CIC, 2.849)
Ahora realizamos una breve pausa para la reflexión sobre el Misterio.
Proseguimos con un Padre Nuestro
Padre Nuestro
Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad, en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal.
Amén.
Continuamos con las 10 cuentas del Ave María correspondientes al primer misterio
La oración en el Huerto – 1 Ave María
Dios te salve, María;
llena eres de gracia;
el Señor es contigo;
bendita Tú eres entre todas las mujeres,
y bendito es el fruto de tu vientre,
Jesús.
Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte.
Amén.
La oración en el Huerto – 2 Ave María
Dios te salve, María;
llena eres de gracia;
el Señor es contigo;
bendita Tú eres entre todas las mujeres,
y bendito es el fruto de tu vientre,
Jesús.
Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte.
Amén.
La oración en el Huerto – 3 Ave María
Dios te salve, María;
llena eres de gracia;
el Señor es contigo;
bendita Tú eres entre todas las mujeres,
y bendito es el fruto de tu vientre,
Jesús.
Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte.
Amén.
La oración en el Huerto – 4 Ave María
Dios te salve, María;
llena eres de gracia;
el Señor es contigo;
bendita Tú eres entre todas las mujeres,
y bendito es el fruto de tu vientre,
Jesús.
Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte.
Amén.
La oración en el Huerto – 5 Ave María
Dios te salve, María;
llena eres de gracia;
el Señor es contigo;
bendita Tú eres entre todas las mujeres,
y bendito es el fruto de tu vientre,
Jesús.
Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte.
Amén.
La oración en el Huerto – 6 Ave María
Dios te salve, María;
llena eres de gracia;
el Señor es contigo;
bendita Tú eres entre todas las mujeres,
y bendito es el fruto de tu vientre,
Jesús.
Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte.
Amén.
La oración en el Huerto – 7 Ave María
Dios te salve, María;
llena eres de gracia;
el Señor es contigo;
bendita Tú eres entre todas las mujeres,
y bendito es el fruto de tu vientre,
Jesús.
Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte.
Amén.
La oración en el Huerto – 8 Ave María
Dios te salve, María;
llena eres de gracia;
el Señor es contigo;
bendita Tú eres entre todas las mujeres,
y bendito es el fruto de tu vientre,
Jesús.
Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte.
Amén.
La oración en el Huerto – 9 Ave María
Dios te salve, María;
llena eres de gracia;
el Señor es contigo;
bendita Tú eres entre todas las mujeres,
y bendito es el fruto de tu vientre,
Jesús.
Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte.
Amén.
La oración en el Huerto – 10 Ave María
Dios te salve, María;
llena eres de gracia;
el Señor es contigo;
bendita Tú eres entre todas las mujeres,
y bendito es el fruto de tu vientre,
Jesús.
Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte.
Amén.
Tras rezar los diez ave marías correspondientes a las diez cuentas, finalizaremos el misterio con un gloria y un jaculatoria.
Gloria
Gloria al Padre,
y al Hijo,
y al Espíritu Santo.
Como era en el principio,
ahora y siempre,
y por los siglos de los siglos.
Amén.
Jaculatoria
Oh Jesús,
perdónanos nuestros pecados,
sálvanos del fuego del infierno y guía todas las almas al Cielo,
especialmente aquellas que necesitan más de tu misericordia.
Amén.
Misterios Dolorosos – Segundo Misterio: La flagelación de Jesús atado a la columna
Anunciamos el segundo Misterio
La flagelación de Jesús atado a la columna
«Pilato entonces tomó a Jesús y mandó azotarle.
Los soldados trenzaron una corona de espinas,
se la pusieron en la cabeza y le vistieron un manto de púrpura;
y, acercándose a él, le decían:
«Salve, Rey de los judíos».
Y le daban bofetadas» (Jn 19,1-3).
«Los padecimientos de Jesús han tomado un forma histórica concreta por el hecho de haber sido:
«reprobado por los ancianos,
los sumos sacerdotes y los escribas» (Mc 8, 31),
que lo «entregaron a los gentiles,
para burlarse de él,
azotarle y crucificarle» (Mt, 20, 19)» (CIC, 572).
Ahora realizamos una breve pausa para la reflexión sobre el Misterio.
Proseguimos con un Padre Nuestro
Padre Nuestro
Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad, en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal.
Amén.
Continuamos con las 10 cuentas del Ave María correspondientes al segundo misterio
La flagelación de Jesús atado a la columna – 1 Ave María
Dios te salve, María;
llena eres de gracia;
el Señor es contigo;
bendita Tú eres entre todas las mujeres,
y bendito es el fruto de tu vientre,
Jesús.
Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte.
Amén.
La flagelación de Jesús atado a la columna – 2 Ave María
Dios te salve, María;
llena eres de gracia;
el Señor es contigo;
bendita Tú eres entre todas las mujeres,
y bendito es el fruto de tu vientre,
Jesús.
Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte.
Amén.
La flagelación de Jesús atado a la columna – 3 Ave María
Dios te salve, María;
llena eres de gracia;
el Señor es contigo;
bendita Tú eres entre todas las mujeres,
y bendito es el fruto de tu vientre,
Jesús.
Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte.
Amén.
La flagelación de Jesús atado a la columna – 4 Ave María
Dios te salve, María;
llena eres de gracia;
el Señor es contigo;
bendita Tú eres entre todas las mujeres,
y bendito es el fruto de tu vientre,
Jesús.
Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte.
Amén.
La flagelación de Jesús atado a la columna – 5 Ave María
Dios te salve, María;
llena eres de gracia;
el Señor es contigo;
bendita Tú eres entre todas las mujeres,
y bendito es el fruto de tu vientre,
Jesús.
Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte.
Amén.
La flagelación de Jesús atado a la columna – 6 Ave María
Dios te salve, María;
llena eres de gracia;
el Señor es contigo;
bendita Tú eres entre todas las mujeres,
y bendito es el fruto de tu vientre,
Jesús.
Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte.
Amén.
La flagelación de Jesús atado a la columna – 7 Ave María
Dios te salve, María;
llena eres de gracia;
el Señor es contigo;
bendita Tú eres entre todas las mujeres,
y bendito es el fruto de tu vientre,
Jesús.
Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte.
Amén.
La flagelación de Jesús atado a la columna – 8 Ave María
Dios te salve, María;
llena eres de gracia;
el Señor es contigo;
bendita Tú eres entre todas las mujeres,
y bendito es el fruto de tu vientre,
Jesús.
Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte.
Amén.
La flagelación de Jesús atado a la columna – 9 Ave María
Dios te salve, María;
llena eres de gracia;
el Señor es contigo;
bendita Tú eres entre todas las mujeres,
y bendito es el fruto de tu vientre,
Jesús.
Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte.
Amén.
La flagelación de Jesús atado a la columna – 10 Ave María
Dios te salve, María;
llena eres de gracia;
el Señor es contigo;
bendita Tú eres entre todas las mujeres,
y bendito es el fruto de tu vientre,
Jesús.
Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte.
Amén.
Tras rezar los diez ave marías correspondientes a las diez cuentas, finalizaremos el misterio con un gloria y un jaculatoria.
Gloria
Gloria al Padre,
y al Hijo,
y al Espíritu Santo.
Como era en el principio,
ahora y siempre,
y por los siglos de los siglos.
Amén.
Jaculatoria
Oh Jesús,
perdónanos nuestros pecados,
sálvanos del fuego del infierno y guía todas las almas al Cielo,
especialmente aquellas que necesitan más de tu misericordia.
Amén.
Misterios Dolorosos – Tercer Misterio: La coronación de espinas
Anunciamos el tercer Misterio
La coronación de espinas
«Entonces los soldados del procurador llevaron consigo a Jesús al pretorio
y reunieron alrededor de él a toda la cohorte.
Lo desnudaron y le echaron encima un manto de púrpura y,
trenzando una corona de espinas,
se la pusieron sobre la cabeza,
y en su mano derecha una caña,
y doblando la rodilla delante de él, le hacían burla diciendo:
«Salve, Rey de los judío»». (Mt 27, 27-29)
«El amor hasta el extremo es el que confiere su valor de redención y de reparación,
de expiación y de satisfacción al sacrificio de Cristo.
Nos ha conocido y amado a todos en la ofrenda de su vida» (CIC, 616).
Ahora realizamos una breve pausa para la reflexión sobre el Misterio.
Proseguimos con un Padre Nuestro
Padre Nuestro
Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad, en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal.
Amén.
Continuamos con las 10 cuentas del Ave María correspondientes al tercer misterio
La coronación de espinas – 1 Ave María
Dios te salve, María;
llena eres de gracia;
el Señor es contigo;
bendita Tú eres entre todas las mujeres,
y bendito es el fruto de tu vientre,
Jesús.
Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte.
Amén.
La coronación de espinas – 2 Ave María
Dios te salve, María;
llena eres de gracia;
el Señor es contigo;
bendita Tú eres entre todas las mujeres,
y bendito es el fruto de tu vientre,
Jesús.
Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte.
Amén.
La coronación de espinas – 3 Ave María
Dios te salve, María;
llena eres de gracia;
el Señor es contigo;
bendita Tú eres entre todas las mujeres,
y bendito es el fruto de tu vientre,
Jesús.
Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte.
Amén.
La coronación de espinas – 4 Ave María
Dios te salve, María;
llena eres de gracia;
el Señor es contigo;
bendita Tú eres entre todas las mujeres,
y bendito es el fruto de tu vientre,
Jesús.
Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte.
Amén.
La coronación de espinas – 5 Ave María
Dios te salve, María;
llena eres de gracia;
el Señor es contigo;
bendita Tú eres entre todas las mujeres,
y bendito es el fruto de tu vientre,
Jesús.
Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte.
Amén.
La coronación de espinas – 6 Ave María
Dios te salve, María;
llena eres de gracia;
el Señor es contigo;
bendita Tú eres entre todas las mujeres,
y bendito es el fruto de tu vientre,
Jesús.
Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte.
Amén.
La coronación de espinas – 7 Ave María
Dios te salve, María;
llena eres de gracia;
el Señor es contigo;
bendita Tú eres entre todas las mujeres,
y bendito es el fruto de tu vientre,
Jesús.
Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte.
Amén.
La coronación de espinas – 8 Ave María
Dios te salve, María;
llena eres de gracia;
el Señor es contigo;
bendita Tú eres entre todas las mujeres,
y bendito es el fruto de tu vientre,
Jesús.
Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte.
Amén.
La coronación de espinas – 9 Ave María
Dios te salve, María;
llena eres de gracia;
el Señor es contigo;
bendita Tú eres entre todas las mujeres,
y bendito es el fruto de tu vientre,
Jesús.
Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte.
Amén.
La coronación de espinas – 10 Ave María
Dios te salve, María;
llena eres de gracia;
el Señor es contigo;
bendita Tú eres entre todas las mujeres,
y bendito es el fruto de tu vientre,
Jesús.
Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte.
Amén.
Tras rezar los diez ave marías correspondientes a las diez cuentas, finalizaremos el misterio con un gloria y un jaculatoria.
Gloria
Gloria al Padre,
y al Hijo,
y al Espíritu Santo.
Como era en el principio,
ahora y siempre,
y por los siglos de los siglos.
Amén.
Jaculatoria
Oh Jesús,
perdónanos nuestros pecados,
sálvanos del fuego del infierno y guía todas las almas al Cielo,
especialmente aquellas que necesitan más de tu misericordia.
Amén.
Misterios Dolorosos – Cuarto Misterio: Jesús con la Cruz a cuestas camino del Calvario
Anunciamos el cuarto Misterio
Jesús con la Cruz a cuestas camino del Calvario
«Y obligaron a uno que pasaba, a Simón de Cirene, que volvía del campo,
el padre de Alejandro y de Rufo,
a que llevara su cruz.
Lo condujeron al lugar del Gólgota,
que quiere decir de la «Calavera»» (Mc 15, 21-22).
«Al aceptar en su voluntad humana que se haga la voluntad del Padre,
acepta su muerte como redentora para
«llevar nuestras faltas en su cuerpo sobre el madero» (1P 2, 24)» (CIC, 612).
Ahora realizamos una breve pausa para la reflexión sobre el Misterio.
Proseguimos con un Padre Nuestro
Padre Nuestro
Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad, en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal.
Amén.
Continuamos con las 10 cuentas del Ave María correspondientes al cuarto misterio
Jesús con la Cruz a cuestas camino del Calvario – 1 Ave María
Dios te salve, María;
llena eres de gracia;
el Señor es contigo;
bendita Tú eres entre todas las mujeres,
y bendito es el fruto de tu vientre,
Jesús.
Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte.
Amén.
Jesús con la Cruz a cuestas camino del Calvario – 2 Ave María
Dios te salve, María;
llena eres de gracia;
el Señor es contigo;
bendita Tú eres entre todas las mujeres,
y bendito es el fruto de tu vientre,
Jesús.
Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte.
Amén.
Jesús con la Cruz a cuestas camino del Calvario – 3 Ave María
Dios te salve, María;
llena eres de gracia;
el Señor es contigo;
bendita Tú eres entre todas las mujeres,
y bendito es el fruto de tu vientre,
Jesús.
Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte.
Amén.
Jesús con la Cruz a cuestas camino del Calvario – 4 Ave María
Dios te salve, María;
llena eres de gracia;
el Señor es contigo;
bendita Tú eres entre todas las mujeres,
y bendito es el fruto de tu vientre,
Jesús.
Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte.
Amén.
Jesús con la Cruz a cuestas camino del Calvario – 5 Ave María
Dios te salve, María;
llena eres de gracia;
el Señor es contigo;
bendita Tú eres entre todas las mujeres,
y bendito es el fruto de tu vientre,
Jesús.
Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte.
Amén.
Jesús con la Cruz a cuestas camino del Calvario – 6 Ave María
Dios te salve, María;
llena eres de gracia;
el Señor es contigo;
bendita Tú eres entre todas las mujeres,
y bendito es el fruto de tu vientre,
Jesús.
Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte.
Amén.
Jesús con la Cruz a cuestas camino del Calvario – 7 Ave María
Dios te salve, María;
llena eres de gracia;
el Señor es contigo;
bendita Tú eres entre todas las mujeres,
y bendito es el fruto de tu vientre,
Jesús.
Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte.
Amén.
Jesús con la Cruz a cuestas camino del Calvario – 8 Ave María
Dios te salve, María;
llena eres de gracia;
el Señor es contigo;
bendita Tú eres entre todas las mujeres,
y bendito es el fruto de tu vientre,
Jesús.
Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte.
Amén.
Jesús con la Cruz a cuestas camino del Calvario – 9 Ave María
Dios te salve, María;
llena eres de gracia;
el Señor es contigo;
bendita Tú eres entre todas las mujeres,
y bendito es el fruto de tu vientre,
Jesús.
Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte.
Amén.
Jesús con la Cruz a cuestas camino del Calvario – 10 Ave María
Dios te salve, María;
llena eres de gracia;
el Señor es contigo;
bendita Tú eres entre todas las mujeres,
y bendito es el fruto de tu vientre,
Jesús.
Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte.
Amén.
Tras rezar los diez ave marías correspondientes a las diez cuentas, finalizaremos el misterio con un gloria y un jaculatoria.
Gloria
Gloria al Padre,
y al Hijo,
y al Espíritu Santo.
Como era en el principio,
ahora y siempre,
y por los siglos de los siglos.
Amén.
Jaculatoria
Oh Jesús,
perdónanos nuestros pecados,
sálvanos del fuego del infierno y guía todas las almas al Cielo,
especialmente aquellas que necesitan más de tu misericordia.
Amén.
Misterios Dolorosos – Quinto Misterio: La crucifixión y muerte de Jesús
Anunciamos el quinto Misterio
La crucifixión y muerte de Jesús
«Llegados al lugar llamado «La Calavera»,
le crucificaron allí a él y a los dos malhechores,
uno a la derecha y otro a la izquierda.
Jesús decía: «Padre, perdónales, porque no saben lo que hacen»…
Era ya eso de mediodía cuando,
al eclipsarse el sol,
hubo oscuridad sobre toda la tierra hasta la media tarde.
El velo del Santuario se rasgó por medio y Jesús,
dando un fuerte grito dijo:
«Padre, en tus manos pongo mis espíritu» y,
dicho esto, expiró» (Lc 23, 33-46).
«»Cristo murió por nuestros pecados según las Escrituras» (1Cor 15, 3)» (CIC, 619).
Ahora realizamos una breve pausa para la reflexión sobre el Misterio.
Proseguimos con un Padre Nuestro
Padre Nuestro
Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad, en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal.
Amén.
Continuamos con las 10 cuentas del Ave María correspondientes al quinto misterio
La crucifixión y muerte de Jesús – 1 Ave María
Dios te salve, María;
llena eres de gracia;
el Señor es contigo;
bendita Tú eres entre todas las mujeres,
y bendito es el fruto de tu vientre,
Jesús.
Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte.
Amén.
La crucifixión y muerte de Jesús – 2 Ave María
Dios te salve, María;
llena eres de gracia;
el Señor es contigo;
bendita Tú eres entre todas las mujeres,
y bendito es el fruto de tu vientre,
Jesús.
Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte.
Amén.
La crucifixión y muerte de Jesús – 3 Ave María
Dios te salve, María;
llena eres de gracia;
el Señor es contigo;
bendita Tú eres entre todas las mujeres,
y bendito es el fruto de tu vientre,
Jesús.
Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte.
Amén.
La crucifixión y muerte de Jesús – 4 Ave María
Dios te salve, María;
llena eres de gracia;
el Señor es contigo;
bendita Tú eres entre todas las mujeres,
y bendito es el fruto de tu vientre,
Jesús.
Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte.
Amén.
La crucifixión y muerte de Jesús – 5 Ave María
Dios te salve, María;
llena eres de gracia;
el Señor es contigo;
bendita Tú eres entre todas las mujeres,
y bendito es el fruto de tu vientre,
Jesús.
Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte.
Amén.
La crucifixión y muerte de Jesús – 6 Ave María
Dios te salve, María;
llena eres de gracia;
el Señor es contigo;
bendita Tú eres entre todas las mujeres,
y bendito es el fruto de tu vientre,
Jesús.
Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte.
Amén.
La crucifixión y muerte de Jesús – 7 Ave María
Dios te salve, María;
llena eres de gracia;
el Señor es contigo;
bendita Tú eres entre todas las mujeres,
y bendito es el fruto de tu vientre,
Jesús.
Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte.
Amén.
La crucifixión y muerte de Jesús – 8 Ave María
Dios te salve, María;
llena eres de gracia;
el Señor es contigo;
bendita Tú eres entre todas las mujeres,
y bendito es el fruto de tu vientre,
Jesús.
Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte.
Amén.
La crucifixión y muerte de Jesús – 9 Ave María
Dios te salve, María;
llena eres de gracia;
el Señor es contigo;
bendita Tú eres entre todas las mujeres,
y bendito es el fruto de tu vientre,
Jesús.
Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte.
Amén.
La crucifixión y muerte de Jesús – 10 Ave María
Dios te salve, María;
llena eres de gracia;
el Señor es contigo;
bendita Tú eres entre todas las mujeres,
y bendito es el fruto de tu vientre,
Jesús.
Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte.
Amén.
Tras rezar los diez ave marías correspondientes a las diez cuentas, finalizaremos el misterio con un gloria y un jaculatoria.
Gloria
Gloria al Padre,
y al Hijo,
y al Espíritu Santo.
Como era en el principio,
ahora y siempre,
y por los siglos de los siglos.
Amén.
Jaculatoria
Oh Jesús,
perdónanos nuestros pecados,
sálvanos del fuego del infierno y guía todas las almas al Cielo,
especialmente aquellas que necesitan más de tu misericordia.
Amén.
Finalizaremos el Santo Rosario con una Salve a la Virgen.
Salve
Dios te salve,
Reina y Madre de Misericordia,
vida, dulzura y esperanza nuestra,
Dios te salve.
A ti Llamamos los desterrados hijos de Eva.
A ti suspiramos gimiendo y llorando en este valle de lágrimas.
Ea, pues, Señora, abogada nuestra,
vuelve a nosotros tus ojos misericordiosos;
y después de este destierro muéstranos a Jesús,
fruto bendito de tu vientre.
Oh clemente, oh piadosa,
oh dulce Virgen María.
Ruega por nosotros,
Santa Madre de Dios.
Para que nos hagamos dignos de alcanzar las promesas de Cristo.
Amén.